En un mundo como éste, en el que algunos ingenuos creen que en occidente reina la libertad y otros incapaces de asumir su responsabilidad creen que la libertad es una entelequia, y que los poderosos hacen y deshacen a su gusto riéndose de nosotros, el Vehemente cree en la Libertad. Siempre. Aunque a veces sólo sea la Libertad de Gritar. Gritar de rabia o gozo, gritar de dolor o de alegría, gritar en contra o a favor, pero siempre con Libertad.

10.3.07

Adiós a laVivienda de Protección en Propiedad?

¡Ojalá!
La Ministra Trujillo, aquella de los pisos de 30 metros cuadrados, por fin ha empezado ha hacer propuestas razonables. Hace unas semanas anunció la intención de promover pisos baratos en alquiler para estudiantes universitarios y ahora ha dado la campanada con la intención de llevar a cabo una medida que algunos venimos exigiendo desde hace años. Acabar con la Vivienda de Protección Pública en Propiedad y fomentar la Vivienda de Protección Pública en Alquiler.

Nada hay más injusto en este país que el tema de la VPP en Propiedad. Estamos hablando de que a ciertos ciudadanos, supuestamente necesitados se les subvenciona (con dinero público, de todos los ciudadanos, por tanto) una parte importante del precio de una vivienda, es decir que a algunos ciudadanos, en demasiadas ocasiones arbitrariamente, el Estado les proporciona, de un modo u otro, ayudas que suponen en muchos casos cantidades de varios cientos de miles de euros (varias decenas de millones de pesetas), que no repercuten en la satisfacción de un derecho de dichos ciudadanos, sino en su enriquecimiento. En un país donde todos tenemos a priori los mismos derechos, no parece demasiado razonable que algunos se vean agraciados con semejante chollo (no tiene otro nombre) y otros no.

Algunos me dirán que soy un cabrón de derechas, un capitalista de mierda y que ya les gustaría verme a mí sin dinero para comprar vivienda. A todos ellos les diré que se equivocan, que no soy de derechas (un cabrón no sé, a lo mejor sí), que no soy un capitalista (ya me gustaría) y que desgraciadamente no tengo dinero para comprar una vivienda, como casi todo el mundo me veo obligado a tirar de una hipoteca a muchos años. Alguno aún me insistirá en que qué suerte tengo que a mí, por lo menos, me dan la hipoteca, que a muchos ni eso. Bien, les diré que algo de razón no les falta, pero también que, aunque sólo sea un poco, algo me lo habré currado, no?

Pero también les diré algo mucho más importante. Y es que precisamente por eso hay que fomentar la Vivienda de Protección en alquiler a precios asequibles, porque mucha gente ni siquiera puede acceder a una vivienda hipotecándose de por vida. Por eso es importante que haya un parque de vivienda pública a la que todos, incluso los más desfavorecidos, puedan acceder. Y porque el Estado tiene la obligación de garantizar el disfrute (no la propiedad) de una vivienda digna y adecuada (artículo 47 de la Constitución Española).

Bien, pero que se fomente la VPP en alquiler no tiene por que implicar que se elimine la VPP en propiedad, me dirán otros. No, una cosa no tiene porque implicar la otra, pero un mínimo ejercicio de decencia política y el necesario respeto al principio de igualdad entre los ciudadanos lo hace imprescindible.

Porque lo que se consigue con la VPP en propiedad no es solucionar el acceso a la vivienda de un sector desfavorecido de la población, sino favorecer el enriquecimiento y el incremento de patrimonio de unos individuos a costa de sus conciudadanos, que son, con sus impuestos, quienes soportan la carga de subvencionar la VPP de un modo u otro. Especialmente grave es la situación dada la facilidad con que la gente que ha accedido a estas ventajas pone posteriormente a la venta en el mercado libre los inmuebles que a adquirido en el mercado protegido con unas plusvalías espectaculares. Durante mucho tiempo lo que se ha estado haciendo es financiar el espectacular tren de vida de ciertos individuos que se aprovechan inmoralmente de las ayudas que les ofrece el Estado (conozco personalmente el caso de alguien que tras acceder a la propiedad de una VPP con dos plazas de garaje, con el dinero que le hemos ahorrado el resto de los españoles, se ha comprado un coche de siete millones y pico de pesetas).
Habrá quién me diga que son casos puntuales y que la mayoría de la gente que accede a VPP son ciudadanos ejemplares de escasos recursos que si no fuera por ello, no se emanciparían jamás o lo harían debajo de un puente. No es cierto. Sí es cierto que hay ciudadanos así, pero no son la mayoría. Y en cualquier caso, estos se verían beneficiados con una vivienda de alquiler a un precio asequible (a mí no me importaría que incluso en determinados casos fuera gratis) con el nuevo sistema propuesto. Lo que no veo por ningún lado es la necesidad de favorecer el acceso a la propiedad, y por tanto al enriquecimiento especulativo, a unos individuos (sean los pobrecitos o los sinvergüenzas) a costa del resto de los ciudadanos. Si de lo que se trata es de facilitar el disfrute de una vivienda digna y adecuada, con el alquiler a precio asequible para el bolsillo de todos y cada uno (incluso me parecería razonable que la cantidad de alquiler por una misma vivienda variase según la renta del usuario) creo que se consigue el objetivo.

No voy a aceptar de ningún modo las objeciones que pudiera poner algún tecnócrata alegando la posible inviabilidad económica del sistema o cualquier otra pega de ese estilo. No se trata de un tema de cuentas de beneficios y resultados, sino de principios fundamentales y valores, y estos son irrenunciables.

Por desgracia, mucho me temo que la ministra no conseguirá llevar a cabo sus propósitos. Hay demasiados intereses en contra, las comunidades autónomas son las que tienen casi todas las competencias al respecto y siempre existirán gilipollas como cierto consejero de obras públicas de cierta región famosa por sus vinos que ha afirmado “esta medida condena a las rentas bajas a no tener una casa en propiedad”. Pues claro, ¡imbécil!, está medida lo que hace es garantizar a las rentas bajas que podrán tener una casa aunque no sea en propiedad.

El Vehemente.

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