En un mundo como éste, en el que algunos ingenuos creen que en occidente reina la libertad y otros incapaces de asumir su responsabilidad creen que la libertad es una entelequia, y que los poderosos hacen y deshacen a su gusto riéndose de nosotros, el Vehemente cree en la Libertad. Siempre. Aunque a veces sólo sea la Libertad de Gritar. Gritar de rabia o gozo, gritar de dolor o de alegría, gritar en contra o a favor, pero siempre con Libertad.

30.9.06

La Monarquía y el Siglo XXI

De nuevo tenemos embarazo real. Y de nuevo tenemos, por tanto, polémica a la vista sobre la posible sucesión de la Corona del Reino.

Pues bien, me resulta sorprendente la polémica porque implica ciertas contradicciones importantes.

En primer lugar que haya gente dispuesta a polemizar sobre la prioridad del varón sobre la mujer, o del primógenito sobre los hijos posteriores en los derechos de sucesión al Trono indica que hay gente a quien le preocupa dicho tema y que tiene un interés real en la Institución que estos señores representan.

Y ahí va la primera contradicción. La democracia moderna es contradictoria y debería ser incompatible con un sistema feudal medieval, basado en un supuesto Derecho Divino y que se pasa, por tanto, por los mismísimos, el principio de Igualdad recogido, por ejemplo en el artículo 14 de la Constitución Española. Pues bueno, a pesar de todo ello parece que buena parte de la población de este Reino apoya la monarquía y por eso se preocupa por sus mecanismos sucesorios. Claro, que a lo mejor, ni somos democracia, ni somos modernos, ni ná de ná.

Creo que hay otro grupo de gente dispuesto a polemizar sobre el tema por motivos muy distintos. Son aquellos progres trasnochados y sus herederos los izquierdistas de boquilla afectados por la terrible enfermedad de la Corrección Política que tanto daño están haciendo a este mundo. Son aquellas personas dispuestas a emprender una cruzada contra la terrible injusticia que supone la prioridad del hombre sobre la mujer en la sucesión, pero que ven como lo más natural del mundo la prioridad del primer hijo sobre los siguientes. Y ahí está la segunda contradicción. Es gente que no se opone a las discriminaciones, sino solamente a algunas, especialmente si son políticamente incorrectas. Discriminar al hijo pequeño deber ser justo y razonable, y probablemente darle menos de comer también. Esa misma gente es la que ha conseguido una modernísima y superprogresista Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (¿no habría sido mejor una Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia Doméstica?) que trata de modo completamente diferente al agresor según sea hombre o mujer y según agreda a mujer o a hombre.

La tercera contradicción está en esa tendencia actual a que la Familia Real funcione como el resto de los mortales, de modo que si para el resto de ciudadanos en cuestiones de herencia prima el orden en la descendencia sobre el sexo, para los reyes, los príncipes y los infantes, debe ser igual. Esa misma teoría es la que hace que muchos estén encantados con una princesa divorciada o con una infanta que hace como si trabajara en la Fundación La Caixa, pues así parecen como nosotros los pobres infelices de la plebe. ¡Qué majos son!, ¡Qué cercanos a la gente y que campechanos!

Craso error cometen y flaco favor hacen a su adorada Institución los que así piensan. Parecen no darse cuenta de que la esencia de la realeza está en la diferencia, la exclusividad y el derecho divino. Parecen no darse cuenta de que si les quitan eso y los convierten en personas normales deja de tener sentido que ocupen el lugar que ocupan y que tengan la asignación presupuestaria y los privilegios que tienen; porque si son iguales que yo, yo también quiero.

Letizia, enhorabuena y que todo vaya muy bien.

Viva la República.

El Vehemente.