¡Qué gran cuerpo! La Policía Municipal de Madrid

"Madrid sólo multó a tres personas en 2005 por no coger la caca del perro"

Este es el titular de portada del periódico 20minutos en su edición de Madrid de hoy. Teniendo en cuenta cómo están las calles de Madrid existen cuatro opciones:

a) Estas tres personas multadas se reparten la propiedad de todos los perros de Madrid y no dan abasto para recoger las deposiciones.
b) En Madrid sólo hay tres perros (pertenecientes cada uno a una de estas personas) que poseen el don de la ubicuidad y una capacidad de producción digna de cualquiera de las economías emergentes del lejano oriente y por tanto sus dueños siguen sin dar abasto.
c) Toda la policía municipal de Madrid está ocupada vigilando la integridad física de los parquímetros, en vez de la de los ciudadanos que les pagan, lo que explicaría que no vieran como los ciudadanos no recogen las deposiciones de sus perros.
d) La policía municipal de Madrid, actúa con evidente negligencia.

Aunque creo que la opción c es correcta, creo que la causa del hecho constatado por el titular del periódico se debe más a la opción d, dado que hay antecendetes de esta actitud negligente en muchos otros temas. Todos, por ejemplo, hemos visto cientos de veces como patrullas de agentes pasan de largo ante largas filas de coches en doble fila (especialmente en algunas zonas, por ejemplo calles con restaurantes caros), haciendo caso omiso a los vehículos que obstaculizan la circulación. En cambio en otras ocasiones se preocupan por multar a alguien que hace una parada inferior a dos minutos para recoger un paquete en un espacio reservado para carga y descarga, lo cual es legal. O dejan aparcar impunemente en prohibido en ciertas zonas y cuando se les pregunta si por algún motivo se permite aparcar ese día contestan que efectivamente está prohibido, que no van a multar a los coches indebidamente estacionados, pero que si yo aparco a lo mejor me multan. Puedo asegurar que esta escena digna de "La Edad de Oro" de Buñuel me ha ocurrido a mí. O pueden pasar por un barrio donde todo dios aparca como le da la gana y multar al coche que menos estorba.

Todo esto sin hablar de lo que ocurre cuando alguien llama al 092 para denunciar o informar de cualquier hecho.
Por ejemplo ante una llamada para denunciar el lamentable estado de un motorista al que le costaba mantenerse en pie, pero se obstinaba en circular haciendo "eses", invadiendo el carril contrario y cayéndose en los semáforos, poniendo en grave peligro su integridad (que es lo de menos), y la de los demás usuarios de la vía, la amable telefonista que me atendió perdió más de cinco minutos interesándose por mi nombre, mi ubicación, mis teorías acerca del motivo del cuelgue del motorista y (no nos lo perdamos) la marca y modelo de la moto y sobre todo a discutir conmigo si la matrícula de la moto (en realidad era un ciclomotor) podía existir o no, para finalmente decidir pasarme con un compañero suyo al que volver a contarle toda la historia.
En otra ocasión tuve la extraña ocurrencia de llamar para informar de la presencia de una mochila aparentemente abandonada, pues no había nadie a menos de 50 metros de ella, en la vía pública. Después de marear un rato la perdiz, como suelen hacer los esforzados telefonistas de tan egregio cuerpo, la conversación llegó a su clímax cuando el agente me preguntó si la mochila parecía sospechosa. La verdad es que debo ser gilipollas, por que todo el mundo sabe que las mochilas que llevan bombas, van marcadas con un letrero que pone claramente BOMBA/BOMB, las que llevan drogas un letrero que dice DROGAS/DRUGS, y las que llevan restos humanos uno que dice RESTOS HUMANOS/PARTS OF DEAD BODY. El caso es que no supe que responderle.

Menos mal que algo hacen bien estos humildes servidores de los ciudadanos: atascar Madrid, pues dónde hay un municipal regulando el tráfico rápidamente se forma un atasco de dimensiones considerables, y actuar con una chulería digna de los peores papeles de Stallone.

Es lo que hay.

El Vehemente.