Presentación

Por fin me he decidido a crear un blog. Pero qué es un blog?

La verdad es que no lo tengo muy claro. Probablemente un blog es cualquier cosa que se te ocurra, y probablemente no. Algunos lo llaman bitácora, por analogía con el cuaderno de bitácora de los barcos, en el que se van anotando rumbos, maniobras y demás. Vale.

Para algunos parece ser que es un diario o algo así. No es este el caso, aunque a veces podrá parecerlo.

Para muchos aprendices de escritores es una forma de desfogarse y practicar y para algunos escritores es una forma como otra cualquiera de ejercitarse y desempolvar las telarañas de su teclado. Tampoco es el caso. Que nadie busque literatura en este blog y así no se decepcionará al no encontrarla. Además, de ese modo, si la encuentra será una grata sorpresa.

Para muchos frikis es una excelente forma de desarrollar su naturaleza friki y compartirla con otros frikis. A lo mejor de esto si que hay algo en este blog, vaya usted a saber.

Para algunos exhibicionistas es un modo de exhibirse. Creo que tampoco es el caso, pero nunca se sabe, sobre todo porque no acabo de estar convencido de que esto lo vaya a leer mucha gente, pero bueno.

En principio, para mí, El Vehemente, esto va a ser un grito. Ese grito que no siempre podemos dar o que damos pero no llega tan lejos como quisiéramos. De este modo no esperéis delicadezas, aunque también las habrá. Probablemente se opine con frecuencia sobre algunas personas con ese tipo de adjetivos que algunos llaman insulto. Debe quedar muy claro que nunca lo serán, no tengo por costumbre insultar, tan solo defino. Que las definiciones puedan no gustar a alguien es otra cosa. Tampoco esperéis "definiciones" sin límite, tampoco se trata de eso. Simplemente pretendo desahogarme un poco y si de paso eso puede hacer pensar a alguien, pues mejor.

Soy vehemente por que el mundo me ha hecho así.
En este mundo tal como están las cosas, a veces no quedan más opciones que la de ser vehemente (en su segunda acepción del DRAE "ardiente y lleno de pasión", más que en la tercera "que obra de forma irreflexiba, dejándose llevar por los impulsos") u optar por el terrorismo. Como esta segunda opción va contra mis principios morales, seré vehemente.

Sabe dios (con minúscula, no se le vayan a subir los humos) si tal como está el patio, la mención al terrorismo no me va a costar ser investigado por el FBI y quizás encarcelado en Guantánamo, cuando algún funcionario del gran mamarracho George W. Bush vea la palabra parpadeando en su pantalla y no se pare a leer el resto.

Seguro que también habrá días calmados. O no.

El Vehemente.