QUÉ MAJETES QUE SON LOS CHINOS

Leo la noticia de que en China han obligado a abortar a una mujer un feto de siete meses y después a dormir con él (¡Cuidado! la noticia viene con foto que puede herir la sensibilidad de la mayoría de las personas) con la misma cautela con que leo todas las noticias que llegan desde allí (buena parte de ellas son mentira total o parcialmente) y con el mismo espanto con que leo la mayoría (sólo con que fuera cierta una pequeña parte ya sería aterrador, pero por desgracia creo que deben ser bastantes). Con la misma cautela y horror con que leí la noticia de que una niña atropellada había estado en medio de la calle no sé cuánto tiempo sin que nadie la atendiera (noticia acompañada de vídeo) o la del camionero que después de atropellar a un bebé lo remató porque sale más barato un muerto que un herido (esta última ya en su momento tuvo desmentidos y polémica).

En cualquier caso, no puedo decir nada, me quedo sin palabras y con un nudo en el estómago. Sólo se me ocurre decir "hijos de puta". Pero no, no expresa lo que de verdad pienso y siento. Esa simple expresión se queda corta. Cortísima.

Ya sé que un país con casi 1.400 millones de habitantes da para mucho. Para todo diría yo. Que debe haber gente maravillosa y gente normal. Pero está claro que hay también mucho cabrón. Y el problema es que el estado es el primer cabrón (como todos los estados dirá alguno. Sí, pero no). No es que sea inmoral, es que es amoral, se la suda todo. Y la sensación es que esa amoralidad del estado ha prendido en la población, supongo que ayudada por el hambre, la falta de libertad, el miedo y todas esas cosas tan bonitas que caracterizan a este y a otros países.

¡Qué gran cultura milenaria!

El Vehemente.