En un mundo como éste, en el que algunos ingenuos creen que en occidente reina la libertad y otros incapaces de asumir su responsabilidad creen que la libertad es una entelequia, y que los poderosos hacen y deshacen a su gusto riéndose de nosotros, el Vehemente cree en la Libertad. Siempre. Aunque a veces sólo sea la Libertad de Gritar. Gritar de rabia o gozo, gritar de dolor o de alegría, gritar en contra o a favor, pero siempre con Libertad.

19.4.06

Pobres muertos y muertos pobres

108 muertos en la carretera esta Semana Santa. 108 muertos, pero en la prensa y sobre todo en la televisión sólo nos informan de 4. De los cuatro que viajaban en un autocar accidentado en Pola de Lena. Al parecer, como siempre, sigue habiendo muertos de primera, muertos de segunda e incluso muertos de tercera. Si te mueres en grupo, tienes más derecho al reconocimiento y el dolor de la sociedad que si mueres solo. Curioso.

Alguien me dirá que no es cierto, que el hecho de la relavancia de esta noticia viene de que dos de los fallecidos sean niños. Se equivocan, aunque esta circunstancia le aporta un morbo muy del gusto de los informadores, y también, por qué negarlo, de los lectores, oyentes o televidentes, es decir, de la sociedad. Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro muertos en carretera en estas vacaciones tenía menos de 25 años, es relativamente probable que hubiera algún que otro adolescente, y no olvidemos que uno de los dos niños fallecidos en Asturias, no era un niño sino un adolescente (tenía 15 años). Pero no se nos ha informado del dolor de las familias de 104 muertos, esos no importan.

De todos modos ya estamos acostumbrados a esta curiosa forma de valorar la muerte de unos y a despreciar la de otros. Pondré un par de ejemplos rápidos y que todos reconoceremos: cuando hay una catástrofe natural, por ejemplo, los periodistas se empeñan en informar siempre del número de fallecidos expresando su alivio cuando entre éstos no se cuentan españoles. Pues sí que estamos bien. ¿He de entender que los muertos españoles son más importantes que los birmanos o los iraníes o los hindúes?, ¿he de entender que los pobres tienen menos derecho a la vida y si se mueren que se jodan? Segundo ejemplo: dos mil novecientos setenta y pico muertos en dos rascacielos cambian el curso de la historia, generan un nuevo orden mundial regido por un esquizofrénico. Ciento noventa y dos muertos en unos trenes remueven las conciencias de medio planeta y reavivan cierta histeria colectiva en todo occidente. En cambio los cuarenta mil niños muertos cada día de hambre y de enfermedades fácilmente curables no remueven nada, ni cambian nada, ni tan siquiera hacen que nos siente mal el postre. Señores, ¡hay que joderse! ¡Hay que joderse, sí!, pero es que siempre se joden los mismos. Y nosotros mirándonos el ombligo.

No me entiendan mal, señores. Lamento muchísimo todas las muertes, no olvido que cuando las campanas doblan, doblan por mí, pero lo que no acepto es que las vidas de unas personas valgan más que otras en función únicamente de su raza, su clase social, su riqueza o simplemente las circunstancias en que terminan.

El Vehemente.


9.4.06

Adiós a la disidencia

El ministro José Bono abandona el Gobierno. La versión oficial dice que se va por motivos personales, porque quiere dedicarse a su familia y abandonar la política. Bien, loable decisión.


Las versiones extraoficiales dicen otras cosas. Es de sobra sabido que últimamente las discrepancias entre las posturas de Bono y las posturas del Gabinete eran frecuentes y sobre temas de primer orden. Parece ser que no estaba demasiado dispuesto a pagar ciertos precios por ciertos favores. Es decir, entre otras cosas parece ser que no estaba demasiado dispuesto a pagar el precio de un Estatuto insolidario y probablemente anticonstitucional, y en cualquier caso "rupturista", por que un impresentable con bigote y un iluminado con ínfulas mantengan en el gobierno al PSOE, ni a pagar sabe dios que precio por que unos asesinos tengan la delicadeza de no matarnos. En cualquier caso parece que no estaba demasiado dispuesto a formar parte del Gabinete que está dinamitando España tal como la hemos entendido desde hace ya bastante tiempo. Así, no queda muy claro si se va por no aguantar las locuras inconscientes de su jefe o si éste le hecha por no aguantar las disensiones de un personaje muy valorado e influyente, que de un modo o de otro le desgastan.

Lleva el partido del Gobierno una racha demoledora. Hace ya unos años y cuando aún la organización no era la actual, se encargaron de echar a los leones al que probablemente era su mejor valor: Josep Borrell. Posteriormente molestaba un tipo con un historial intachable como Nicolás Redondo Terreros y fue sustituido por un individuo con una moral tan discutible como para negociar con ciertos señores y advertir a los jueces de que quizás en ciertos momentos no sea conveniente hacer cumplir la ley, por que los que no la cumplen se podrían enfadar. Ahí está el señor Pachi López (no me da la gana de escribir Patxi, fíjate tú). Últimamente hemos visto como se le ha hecho el vacío y prácticamente se ha abocado a la expulsión a Rosa Díez por decir cuatro verdades. El pobre señor Ibarra, que de vez en cuando desbarra, pero que en otras ocasiones demuestra una lucidez poco común en su partido, sufrió en su momento un infarto que uno empieza a pensar si no le provocaron sus compañeros para que no dé mucho la lata. El señor Guerra, con pecados mucho menores que otros que mantienen coche oficial, pasó una temporada en el purgatorio del que no ha acabado de salir, a pesar de ser una de las voces que más tiene que decir de su partido, y aunque refunfuña de vez en cuando sigue la disciplina de partido cual dulce corderito. Francisco Vázquez también era dado a discutir ciertas políticas y ahora está en la Gloria del Señor. Y ahora, el señor Bono se va (o le van, no me queda claro).

El señor ZP con su talante, no parece demasiado dispuesto a que le lleven la contraria. En lugar de intentar enriquecerse con las opiniones de sus colaboradores, algunos de los cuales son bastante más inteligentes que él, parece dispuesto a acabar para siempre con la disidencia. O se está conmigo o se está contra mí. Y el que esté contra mí que se prepare a sufrir las consecuencias. Estaría bueno, qué es eso de llevar la contraria a Dios.

No sé por qué pero hay algo en esta actitud que me recuerda a Stalin, ese alma de dios que no ha pasado a la historia precisamente por sus bondades, y sí más bien por sus técnicas represoras y por sus purgas devastadoras. De hecho está considerado como uno de los cuatro o cinco personajes más siniestros del siglo XX.

Así pues, adiós a la disidencia en el PSOE, para qué la queremos. Esas cosas no aportan nada bueno. Lo que necesitamos es un lider indiscutido e infalible como el Papa. Sí señor.